8/10/14

Secretos de Tocador II: El Lenguaje del Abanico

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Por Daedana Dáñez

La Moda Elegante. 1900

Un poco de historia
La aparición del abanico se  remonta desde los egipcios, babilónicos, persas, griegos, romanos y chinos - donde cuenta la leyenda que su invención se debe a la hija del mandarín Kan-Si durante un baile de máscaras,
cuando, debido al calor, ésta agitó rápidamente su antifaz para darse aire y para que los hombres no vieran su cara. Este gesto fue imitado por todas las mujeres que estaban presentes en la fiesta-.

El nacimiento del abanico plegable nació en Japón en el siglo VII d.C. y fueron los portugueses quienes extendieron su uso en Europa a partir del siglo XV, cuando abrieron rutas comerciales en Oriente.
Durante los siglos XVI y XVII, el abanico tuvo una gran acogida, destacando la anécdota de  Isabel I de Inglaterra la cual decía a sus damas que «una reina sólo puede aceptar un regalo: el abanico», y aseguraba que cualquier otro obsequio era desmerecido.

Curiosamente, al principio no solo lo usaban las damas sino también los caballeros; aunque eran más pequeños, de manera que pudiesen llevarse en el bolsillo. No será hasta el siglo XX cuando se convierte en un accesorio exclusivamente femenino.

El abanico no sólo era indispensable como elemento que acompañaba con la indumentaria, sino que sus movimientos, su posición y su colocación se convirtieron en un complejo lenguaje.

Las damas de los siglos XIX y XX utilizaban esta forma de comunicación disimulada como declaración de amor, ya que la libertad de expresión femenina era nula, y, también, para evitar que sus madres o maridos se enterasen del cortejo.

Aunque el lenguaje del abanico fue creado para que fuese fácil de interpretar, con el paso del tiempo su lectura se hizo cada vez más compleja con la aparición de nuevas interpretaciones a un mismo gesto y para evitar que los demás interpretasen el mensaje oculto.

El lenguaje del abanico en la Novela Romántica

El abanico, y por ende el lenguaje del mismo, no tiene apenas presencia en las novela romántica ambientada en un período histórico como es el siglo XIX; un período donde se realizaban los grandes bailes que daban vida a ciudades como Londres, Edimburgo o la romántica París.

Cuando leemos una novela histórica, son los detalles o esas pequeñas cosas cotidianas de la vida diaria lo que nos hace adentrarnos en la trama y sentirnos identificados con los personajes; es por ello que se debe buscar toda la información posible en referencia a la vida de nuestros personajes si hubiesen vivido en esa época.

Aunque poco a poco se van creando tramas históricas más ricas, el lenguaje del abanico se resiste a hacer acto de presencia; quizás por la poca información hallada sobre él, como por el desconocimiento de la existencia del mismo.

Este lenguaje forma parte de esa realidad histórica que envuelve a la mujer y al hombre desde el instante en que lo aprende hasta el momento en que pone en práctica dicho conocimiento.

Un ejemplo que se podría utilizar en la novela romántica, y no siendo necesariamente el uso “activo” de dicho lenguaje, es el momento de su aprendizaje, partiendo de: ¿le estaba prohibido a la joven aprenderlo?, si ese es el caso ¿quién le enseña? O  planteándolo desde la perspectiva de la propia curiosidad de la joven: ¿lo había aprendido mientras sus hermanas/primas lo hacían? o ¿lo aprendió a escondidas desde un rincón del salón de baile? Imaginad lo que podría aprender una niña escondida en un rincón sobre las relaciones de las jóvenes debutantes a través de estos mensajes.

Por último, al igual que la acción de arrojar un pañuelo al suelo a la espera de que el caballero lo recogiese, la misma situación con un abanico podría ser considerado coquetería.


BREVE APÉNDICE INTERPRETATIVO DEL LENGUAJE DEL ABANICO

{ Abanicarse rápidamente: “te deseo”.
{ Abanicarse lentamente o abrir y cerrar muy despacio el abanico: “no me interesa”.
{ Si se abre y cierra rápidamente: “cuidado, estoy comprometida”.
{ Abrirlo y cerrarlo: “eres cruel”.
{ Cerrarlo de forma rápida y airada: “no”.
{ Dejar caer el abanico: “te pertenezco”.
{ Si cuenta las varillas del abanico o pasa los dedos por ellas: “quiero hablar contigo”.
{ Cubrirse del sol: “eres feo” o “no me gustas”.
{ Si lo apoya sobre la mejilla derecha: “si”.
{ Sobre la mejilla izquierda: “no”.
{ Si presta el abanico a su acompañante: “malos presagios”.
{ Si se lo da a su madre: “se acabó”.
{ Dar un golpe con el abanico sobre un objeto: “estoy impaciente”.
{ Si sujeta el abanico abierto con las dos manos: “olvídame”.
{ Cubrirse los ojos con el abanico abierto: “te quiero”.
{ Si se cubre el rosto: “cuidado, nos vigilan”.
{ Si se pasa el abanico por los ojos: “lo siento”.
{ Si cierra el abanico tocándose los ojos: “quiero verte”.
{ Apoyar el abanico a medio abrir los labios: “bésame”.
{ Pasar el abanico por la mejilla: “soy casada”.
{ Sostener el abanico con la mano derecha delante del rostro: “sígueme”.
{ Sostenerlo con la mano izquierda delante del rostro: “quiero saber”.
{ Mantenerlo en la oreja izquierda: “no quiero saber nada de ti”.
{ Dejarlo deslizar sobre la frente: “has cambiado”.
{ Moverlo con la mano izquierda: “nos observan”.
{ Cambiarlo a la mano derecha: “eres un osado”.
{ Arrojarlo con la mano: “te odio”.
{ Moverlo con la mano derecha: “quiero a otro”.
{ Dejarlo deslizar sobre la mejilla: “te quiero”.
{ Presentarlo cerrado: “¿me quieres”.
{ Dejarlo deslizar sobre los ojos: “vete”.
{ Tocar con el dedo el borde: “quiero hablar contigo”.
{ Dejarlo colgado: “sólo amigos”.
{ Apoyar el abanico en los labios: “bésame”.
{ Abrirlo despacio: “espérame”.
{ Abrirlo con la mano izquierda: “ven y habla conmigo”.
{ Golpearlo, cerrado, sobre la mano izquierda: “escríbeme”.
{ Semicerrado en la mano derecha y sobre la izquierda: “no puedo”.
{ Abierto, tapando la boca: “estoy sola”.


FUENTES CONSULTADAS
*        El Lenguaje del Abanico: http://hermannthate.blogspot.com.es/2010/07/alegres-viernes-retro-el-lenguaje-del.html


II Edición. 5 junio 2017


2 comentarios:

  1. lástima que algo así se haya perdido. Besos.

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  2. Tienes toda la razón!!! Hemos perdido casi todos, o todos, los detalles relacionados con el cortejo. Pero no por ello deben perderlo nuestros personajes. Besazos Cat.

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